REVELACIÓN (lectura)
El año
pasa, los que en aquel ayer jugaban a predecir el fin del mundo terminó. Ahora
como ya se había dicho, entramos a una nueva Era; ciertamente, la actual Era es
alterna como todas las nuevas Eras que ya trascurrieron. Aquellas mentes
prófugas de esas Eras eran incapaces de pensar, aunque tuvieran mente, eran
capaces de aceptar sus acciones y las remediaban pero con el tiempo eso se fue
perdiendo.
Soy aquel
joven intrépido que cuenta historias con parábolas dirigidas a un público curioso,
lleno de mentes vacías, desesperadas de ser llenadas con palabras difíciles de
traducir con mentes humanas.
Mi ausencia
de labores escolares aun no concluía, la ausencia de clases me abrumaba porque
extrañaba a aquellos que se reían y me trataban con cariño sin saber la
realidad de mí otra vida. Finjo tener una vida llena de felicidad porque me
place, así me hace sentir mejor. Mentía a los que me rodeaban porque le tengo
miedo a la verdad. Como a todos, a todos nos gusta cometer esos errores. Pero les
digo: “no sean tradicionales, tomen lo bueno de esta vida, tomen a aquello que
le es de beneficio para sus vidas. Discernir es la clave”.
Las
vacaciones que recientemente mencionaba en esta lectura pasaron y mi padre había
replicado un gran alivio.
—La cena y
la apertura de ver los obsequios de los pequeños ya concluyeron, y claro el año
nuevo comienza. ¡Ahora espero muchas positivas! —dice mi padre con esperanzas
nuevas. Pero bien se dice que la fe sin obras no da frutos. Así que para ver un
resultado es necesario hacer obras y acciones. (8:31)
Con estas
palabras me dije a mi mismo. He querido ver nuevos resultados pero no hago
obras, no pongo parte de mí para lograr ver el resultado de mi fe. Según mis
objetivos me llevaron a la victoria, equivocada y aparentemente, aun cometiendo
errores; soy humano y cometo errores. Pero de los errores aprendo, los errores
que cometí ocurrieron por las mismas circunstancias que hice. Las acciones que
hice en el ayer y que haré en el mañana me dicen, ya cometiste uno o varios
errores, piensa lo que haces, porque los errores ocurren diferentemente a los
otros.
Apenas
iniciaban mis labores escolares, y mi mejor compañera de clase y mejor amiga
que he tenido, me mostró un objeto que la gente los usa para incrustarse en los
cuerpos y tener otra apariencia. Ese objeto llamó mucho mi atención, mi afán
entonces era tener uno de esos incrustado justo en el óvulo de mi oreja
izquierda para aparentar otro ser. Los días de labores pasaban sin verme ese
objeto incrustado en el ovulo de mi oreja izquierda, por miedo a las criticas y
a los regaños, y a que me dijeran cosas que dañaran mi autoestima. Una
autoestima que apenas se realzaba gracias a mi fe y un poder tan grande que
nunca lo había encontrado jamás, que lo había escuchado pero no oído por estar
sordo a causa del orgullo e ignorancia, estaba a punto de ser recaído de nuevo.
Una tarde
terminando las tareas decidí pasar la tarde a gusto con un amigo que conocí
después de un largo tiempo de que mis padres y sus padres se conocieran desde
hace un año. Pasamos rato platicando y compartiendo ideas y experiencias
propias. Poco después otro amigo viene y nos acompaña para que el también nos
compartiera de sus ideas y experiencias. Un comentario erróneo de este amigo
que llego tiempo después a platicar con nosotros, se dirigió a mi con una frase
que no soporte e hiciera involuntariamente un bajón en mi autoestima. Provocó la
acción más absurda y arrepentida de toda mi vida. Me despedí de ellos con
sencillez y me fui a mi casa sin más que decir…
Con esa
experiencia las tardes fueron pasando. Entonces una mañana de labor escolar,
llegando directo al aula, mi mejor compañera se dirige a mi, metió su mano a su
mochila y saco uno de esos objetos perforadores dándomela en mis manos.
— ¡Recibe
esto! — Con una actitud feliz—Te lo regalo para que no desesperes y te lo
coloques como siempre lo has deseado —Me dijo mi amiga con las esperanzas de
ver otro yo.
Al terminar
las labores escolares no sacaba de mi cabeza la imagen de ese objeto y muchos
pensamientos que seguramente renovarían mi autoestima.
Luego
llegue a mi casa con aquella alegría convertida en ese objeto falso contundente.
Mi alegría era errónea y falsa también.
Muy
decepcionado le dije a mi mejor amiga que mi otro yo no existe, que no podré
cambiar porque así nace uno, tal como es. De ese error, aprendí mucho pero no
todo. Restauraba poco a poco mi autoestima, viendo resultados escasos. Soy
lento a mis propias palabras, la fe sin obras es nula.
Ya casi
finalizaban las labores escolares y con ello se aproximaba la otra ausencia de
clases tan esperada como nunca. Para pasarla un largo tiempo en familia y descansar
mi mente de nuevos retos.
Finalmente
las vacaciones llegaron y después de una semana sin clases, donde no veía notas
escritas por los profesores y compañeros, horas de receso para almorzar, tiempo
de diversión y risas mis ratos de descanso dejaron de cesar hasta una madrugada
donde tuve un sueño, donde observaba un mundo post-apocalíptico. Mi madre y yo
pasábamos por un cine, cuando de pronto una señorita se nos acercó y nos dice.
—Síganme por
favor, estamos reclutando nuevos invitados dentro de nuestro nuevo local de películas
que le ofrecemos a un publico como ustedes —Trate de digerir sus palabras pero
no podía—. Síganme por favor, no querrán perderse del camino, se perderán lo
maravilloso de este sitio y solo ocurrirá una sola vez… solo una única vez— Esto
no es un error. Dijo ella sospechosa.
La señorita
siempre sonreía ella dijo que la siguiéramos al interior del cine nuevo, sin
ninguna explicación, entonces hicimos caso a lo que nos ordeno y caminábamos al
interior donde varias personas caminaban con rostros de rechazo y duda. Algo
aun más raro e imposible de suceder; la gente se asomaba por las carteleras de
estreno y las atravesaban. Así de loco suena cuando lo lees, pero eso es normal
en los sueños y lecturas de ficción.
Entonces mi
pregunta era, ¿yo también puedo?, me dirigí a un cartel de una película estreno
y lo atravesé con mi cabeza viendo un mundo actual sombrío donde la gente es
corrupta, cruel y horrible, donde la gente llora sin razón alguna. Donde hay
jóvenes, ancianos, adultos e incluso niños de color de piel, ojos, cabellos
distintos, había seres de diferentes posiciones sociales, religiosas, etc.
De pronto
con un corazón de pálpito fuerte y acelerado, despierto muy espantado, con salud
pésima, como si me hubiera arroyado un autobús, tenía fiebre y dolor de cabeza.
Estaba enfermo. No quería levantarme de la cama por que me dolía todo cuerpo.
El sueño de
aquella madrugada fue una señal que no la escudriñe como debió ser. Lamentando…
¿a caso hay manera de regresar al pasado…? No creo… no es posible, por eso
existe los errores y la voluntad de Dios. Para evitar caer en el mismo error
mas de dos veces.
La ausencia
de labores escolares pronto termina y como cosa de todas nuestras rutinas interfamiliares
por parte de mi mamá, solemos salir a lugares frescos y despejados para pasarla
un día de picnic o a veces como uno o varios días de campamento. Semanas antes
de esta salida en nuestras cenas interfamiliares, una tía muy querida ansiosa
nos invito a salir a un lugar con llanuras verdes y floreadas que recién
empezaba a desarrollarse gracias a los crepúsculos de la primavera.
— ¿Que les
parece hermanos, sobrinos, mamá y papá, una salida a aquel pueblo que esta a
unos cuantos kilómetros de donde vive nuestra hermana menor? — La tía sigue
insistiendo—aquel pueblo del que tanto les eh hablado a sido uno de mis favoritos
por el tipo de gente con la que tratas. Es humilde, atenta, respetuosa; ese
pueblo es reconocido a nivel estatal por su basta vegetación. ¡Yo lo visito
desde niña!
Cuando la
tía termina nuestros rostros de incógnito sorpresivo se ven unos a otros. Y por
supuesto que no nos quedaba más que decir: “Claro”
El plan se
formulo y actualmente toda mi familia se divierte mientras yo reflexiono sobre
mi vida, lo que eh pasado junto a mis seres queridos tanto la familia y no
familiares. Una hermana mía se acerca a mi muy silenciosa diciéndome que se
siente un poco mal.
— ¿Te
sientes bien? —le pregunto muy preocupado.
—Creo que
no… me duele la cabeza. Creo que ingerí algo en malas condiciones porque mi
estomago me dice otra cosa. Mi estomago se vuelve —Mi hermana apenas podía
sacar palabras de su boca, parecía que iba a vomitar.
Lo primero
que se me vino al pensamiento fue llevarla al pueblo a urgencias, en el auto de
papá.
— ¡Padre!-con voz murmurante y exclamativa me
acerco a el, le doy un jalon en el brazo y le digo que me siga hasta el auto —Una de tus hijas mas chicas se siente mal. Le duele el
estomago y la cabeza, préstame las llaves del auto para llevarla a urgencias.
Cerca de aquí esta un pueblo donde hay un sitio de urgencias.
— ¿Estas seguro de lo que dices?
— ¡Si!, ¡por supuesto hay un pueblo cerca!
—No, eso no. ¿Estas completamente seguro que tú
hermana se siente mal? Creo que es mejor que la lleve yo… ¿O es solo pretexto
para huir de tu familia?
— ¡Papá…! Este lugar esta solo. Mi hermana solo
tiene un dolorcito, no es grave. Y yo no tendría a donde ir. Apresúrate porque
ella subió al auto desesperada.
-Iré a comprobar lo que estas
diciendo… —Hace una pausa, se para y replica — ¡Familia permítanme un segundo por favor…!
— ¡Si! No
tardes tanto porque apenas empezamos (todos sonriendo).
La responsabilidad de los
mayores es cuidar de los menores. Cuando mi papá comprueba lo ocurrido me da
las llaves del auto y arranco al pueblo más cercano poco habitable.
En el recorrido no veía ningún
cambio en el estado de salud en mi hermana, poniéndome algo alarmante. Un
sendero recto de terrecería nos conduce directo a urgencias, donde un anuncio
grande dice “Emergencias” con un símbolo de ‘mas’ color blanco. Cada metro
menos era igual a una relajación leve. El lugar de emergencias era lo bastante
reducido en tamaño donde las personas teníamos que esperar fuera hasta que las
enfermeras salieran a decirnos que pasaba después.
Pasaron pocos minutos hasta
que mi hermana sujetada de la mano sale acompañada de una enfermera muy
hermosa.
— ¡Hola! ¿Eres el hermano de esta pequeña? —Al mirar que se dirigía a mi sentí mariposeo en el
estomago.
— ¿Mande? —Fui cortés e
irrespetuoso instintivamente.
— ¡¿Esta pequeña niña es tu hermana!?
—Los siento. ¿Si es mi hermana porque?
— Pues ella solo presentaba signos de
deshidratación. Le suministramos electrolitos, para que este ingiriendo y evita
la perdida de agua excesiva.
— ‘OK’ muchas gracias. Siempre le decimos lo
correcto pero tu sabes… los hermanos menores nunca te harán caso siempre.
—No, no sabría decirte —Ella
disgustada inclina su rostro hacia abajo y un instante después levanta su
rostro.
— ¿Ocurre algo? —Le pregunte.
—Es solo el pasado. Mi hermana menor hace dos
días que se encuentra en emergencias.
—No te preocupes, ella se restaurara, piensa algo
positivo.
—Muchas
gracias. Hasta pronto. Cuida muy bien a tu hermana menor —Ella continúa con su trabajo sin más que decir.
Veo fijamente a mi hermana con
indagación por saber que ocurría en la mente de esa joven hermosa. Su belleza
me aprisiono en un pueblo digno de tener gente tan humilde como la que habita
ahí. Así subimos al coche, lo encendí; y con el rugido del motor me entra una
sensación de salida inmediata a explorar aquel pueblo tan solitario, que
probablemente ocultaba prodigios como nuestro supuesto y desdichado hogar lleno
de autos humeantes y ruidosos, ruidos enfadosos, olores desagradables, gente
mal humorada, como mi familia o yo, y gente sin valores o gente cobarde en su
mayoría.
Ahora, en aquellas clases de
escuela años atrás cuando nos hablaban de conflictos entre países del mucho
antiguo, solucionaban sus problemas por medio de guerras nucleares, donde los
únicos afectados eran personas que no tenían nada que ver con aquellos
problemas sin resolverse eran personas involucradas o asesinadas con armas de
fuego Eran torturadas para que confesaran dichos secretos que seguramente iban
a debilitar a su contrincante. Uno de los tiempos más tristes de la historia, ha
sido y serán conflictos entre multitudes que quieren solucionarlos a peleas.
Existían otros tipos
conflictos internacionales donde los países tienden a competir por su tecnologías,
competían por quienes eran mas mejores a escalas industriales que otros países;
competían por un país “mas seguro”, continuamente estas competencias fueron
evolucionando a una alternativa nueva mas segura o mas democrática evitando
perdida de vidas inocentes. En la actualidad nuevos lugares se han ido
levantando bruscamente contra países de gran poder amenazando con dichas
guerras a resultado de conflictos que en el pasado no se resolvieron y que se
convirtieron en una clase de bomba de tiempo frágil a explotar en cualquier
tiempo como el actual; el riesgo ahora no es una guerra sino tal vez el fin de
esto porque tanto tiempo ausente, las técnicas de victoria evolucionaron a
escalas mayores haciendo una guerra mundial literalmente.
“Cuando digan paz y
seguridad habrá gran tribulación y destrucción”
Esos rumores de una nueva
guerra surgieron días antes de que nosotros nos fuéramos a pasarla juntos en
familia en el campo dándonos un pequeño descanso en aquel impensable pueblo
lleno de gente humilde, con una enfermera hermosa, lugares prodigiosos y el
importante cambio de nuestras vida.
Una ruta con la hermana menor
al centro prodigioso del pueblo en busca de un lugar en que distraerse en el
auto de tu padre, es algo que cualquier joven podría hacer. Cuando tú hermana
menor esta de fastidiosa y tu cerebro se
presiona sin pensar con libertad, no ayuda a elegir una ruta correcta.
Es tanta la presión que unos
reproches mas, nos dejan varados en un parque público con árboles frondosos, pájaros
cantando, no para nosotros, sino para el creador. Están las ardillas que disfrutan
del almuerzo que dejan los pequeños al hartarse de comer tanta comida seca y desagradable.
Al menos es lo que veo desde la orilla del parque parado junto al auto de mi
padre. Mientras que mi hermana esta trepada como mono de jungla arriba de los
juegos metálicos oxidados.
— ¡Oye! —Grita mi hermana llamando la
atención de todos.
—Que quieres —Le respondo
quedito.
—Amargado. Que enojón eres hermano… ¿Eres
adoptado? —Mi hermana me trata como si fuera su hijo.
— ¿Porque me hablas así? Soy tu hermano mayor. Respétame
—Ella se queda callada y sigue jugando con otros niños
desconocidos — ¡Hey!
¡¿Que no te sentías mal?!
— ¡Ya no!
Gracias.
Con tal de que mi hermana
quedara callada y dejara de llamar así la atención, camine hacia unos columpios
que están al extremo del parque y me subo a uno. Me balanceo sobre y le doy las
espaldas a todos los del parque.
Mi mirada es fija al cielo
viendo nubes alzadas, viendo como el sol se ocultaba lentamente detrás de un
cerro grande y rocoso, hasta que de pronto un pánico con los niños gritando
horriblemente fueron gritos que marcaron el resto de mi vida.
Cuando veo a mis espaldas mi
hermana menor junto con los niños y una señora mayor salen huyendo mientras que
yo gritaba un “regresa ¿a donde vas?” mis lágrimas corren sobre mi rostro
mientras que mi corazón se aceleraba más y más. Yo no sabía que ocurría hasta
que mi vista se dirige a la cima de los cerros grandes y rocosos, y veo un
camino de humo sobre el cielo cubriendo al pueblo.
Mi desesperación y
desorientación se convierte en adrenalina provocando que corra más y más alejado
de mi hermana menor y sobre todo, de mi familia. Creí que era un fin, creí que
algo malísimo estaba pasando, por eso las lágrimas corrían sobre mi rostro, la
adrenalina que recorría mi cuerpo hiciera que corriera más y más alejado de mis
seres queridos. Muchas cosas se me vinieron al pensamiento, por mas que trataba
de pensar algo optimista, fue inútil. Corrí hasta la orilla de un cerro enorme
rocoso, donde había una mina abandonada. No entiendo porque mis piernas me
llevaron a ese lugar, solo corrí llorando como un pequeño niño desamparado de
su padres.
Al llegar a la entrada de la
mina el resplandor mas impactante de mi vida me detiene, justo cuando doy media
vuelta y el pueblo es cubierto por el mismo resplandor que enceguece como el
sol, solo de verlo directamente. Afortunadamente no me ocurrió nada grave más
que un terrible espanto y malos pensamientos que venían de mi familia.
En mis manos el suéter de mi
hermana menor es lo único que me quedaba, oliéndolo y recordando toda mi vida
pasada. Con el mismo suéter hago una almohada, recostándome al suelo y quedando
profundamente dormido justo a la entrada de la mina, hasta el día siguiente lleno
de inhóspitas sorpresas.
Un atenúo sueño me revela
aquel ‘yo’, sentado frente al televisor encendido, anunciando una declaración
de guerra entre uno de los países mas tercos que han existido en la historia,
aliado con uno de los países mas poderosos y ricos que han existido hasta
entonces, en contra de una pequeña parte del mundo, a comparación de los
contrincantes unidos y contrarios a lo que es este pequeño pero fogoso contrincante.
Mis condolencias, todos tratan de ver por los demás pero no les importa cuando
uno da el primer paso y atacan hasta mas no poder; los afectados son aquellos
insignificantes pero numerosos sitios no involucrados que están siendo
destruidos con armas potentes (naturaleza versus hombre), mientras que yo, al
pertenecer al uno de esos numerosos sitios es explotado vilmente, haciendo
despertar de la terrible doble vida que me cargaba.
Abro mis ojos legañosos,
enrollo el suéter de mi hermana menor alrededor de mi cadera y camino fuera de
la mina con un hambre y sed que me provocaba dolor de cabeza y mareo. Al ver el
exterior desde la mina se ve todo el pueblo como antes, solo que más frío y sombrío,
sin personas fuera de casa. Ya no se presenciaba una estancia con mucha gente a
la espera de citas médicas. No se miraba un parque lleno de niños jugando en los
juegos metálicos oxidados. No se miraba un par de hermanos fugados del resto de
su familia, peleando por una tontería. Cerca de la mina el auto de mi papa
sigue intacto, así que camino hacia el auto, mientras camino, una delgada capa
gris comienza a cubrir todo el pueblo que seguía cayendo desde el cielo gris.
Casi llegaba al auto de papá, cuando me encuentro con una señora un poco mayor,
con rostro que creí haber visto recientemente, así que le pregunte quien era.
—A usted la eh visto en alguna parte. ¿Quien es?
—Joven, a usted lo vi ayer en aquellos columpios
(apuntando con el dedo) —Dice la señora justificándose.
—Así es.
—También observe como peleaba tu y una pequeña niña.
—Ella es mi hermana menor.
— ¿A si? No lo parecían. Deberían comportarse como
tales.
—Eso ya no es posible señora —Mis gemidos dicen mas que mil palabras —Por que no se donde esta.
— ¿Porque lloras? ¿Joven?
— Lloro por
algo que hice ¿Sabe que ocurrió aquí? ¿Donde
están todos?
—No llores, aquí no ocurrió nada grave, gracias a Dios.
— ¿Como dice?
—Si, no ocurrió nada con nadie, el pueblo esta
salvo.
—Pero que ocurrió —Insistía
desesperado.
—Fue una guerra entre países —La señora estaba confirmando aquel sueño revelador
La guerra que soñé entre
aquellos países estuvo ocurriendo. Mi otro yo es aquel joven que sufre en mi
interior, el que llora siempre pero sin notarlo.
—Tu hermanita esta bien —Dice la
señora muy feliz.
— ¿Como sabe usted eso? No me salga con otra cosa
rara por favor.
—No, al contrario. Tú hermana esta bien, en mi
casa con otros niños de su misma edad… bueno, uno que otro son menores que ella
y otros pues, son mayores.
—Señora, por eso su rostro se me hizo tan
conocido. La vi huyendo con todos esos niños
Entonces aquella mujer me
explica la razón por la cual estaba ahí, por que mi hermana menor estaba
esperanzada de que, al buscarme la señora me encontrara con vida. Mi hermana
había lamentado aquella inútil pelea como lo hacia yo. Mi hermana sufría porque
no sabía nada de mi familia y no sabía nada de mí tampoco. Ambos estábamos
destrozados sin soledad eterna.
Al irnos en el auto de mi
padre, la señora y yo, me platicaba sobre su vida, me platicaba como es que empezó
a vivir en el pueblo, me contó que alguna vez de jovencita era tan rebelde como
lo es mi hermana pero que fue pasajera personalmente y que finalmente se hizo
una mujer de religión y dedicada. Ella me platicaba muchas cosas en el camino
que sobresalieron en su vida, incluyendo la experiencia reciente de conocer a
mi hermana y a todos esos niños con los que jugaba en el parque.
Aquel camino me reanimo casi
en todo, aquella ruta que encaminaba a mi hospedaje próximo, es algo que no
olvidare por el resto de mi vida.
Gracias a Dios y a la señora
supe que la vida a pesar de los tropiezos que ocasiona tu entorno, son pruebas
para que uno se supere, y que aquellas cosas que te llevan a la perdición son por
tentaciones.
El final de la ruta resulta
ser el extremo del pueblo, ahí es justamente donde se encuentra la casa de la señora
y es ahí donde mi hermana desesperaba junto a los otros pequeños y mayores. Mi
hermana lloraba fuera de la casa, lo note porque al llegar, la señora sale del
auto y la abraza, diciéndole:
—No llores mas porque no estas sola, y mira que
grande es Dios, al darte un hermano tan bueno —La señora
lloraba al igual que mi hermana.
Al ver lo que ocurría, una
nostalgia me empuja hacia mi hermana y le doy un fuerte abrazo.
— ¡Me tenias tan preocupado!
—Tú también me tenías preocupada.
—Que bueno es verlos juntos como familia —Al menos es lo que podía ver la señora.
—Concuerdo con usted señora.
—Yo también —Dice mi
hermana chorreada de la cara, por el exceso de lagrimas y suciedad.
—Ahora que estén juntos, entren a mi humilde casa
y cuéntenme que los trajo hasta aquí; no se preocupen, pues están con vida y
son jovencitos —Una sonrisa y abrazo de la señora basto para que
nuestros llantos cesaran y entráramos a su casa.
No sabíamos exactamente que ocurría
en las afueras del pueblo, no sabíamos nada de nuestra familia La persona que
nos daba de su hogar, no sabíamos de quien se trataba exactamente, solo sabemos
algo de ella desde que la conocimos, es un gran ejemplo. Ahora solo quedamos
poco tiempo a su disposición, suplicamos un techo y comida por una noche, solo
pedimos hospedaje. Por que aquel ser que vive con nosotros, también vive en su
hogar.
No importa quien eres. No
importa si eres de distinta posición social, no importa si eres mas inteligente
que yo, no importa si sabes cosas que otros no saben. Tampoco importa de quien
eres hijo. Todos somos iguales porque todos sangramos igual y porque somos de
una misma creación a imagen y semejanza. La tarde en aquella casa fue
inolvidable, mi hermana y yo conocimos a pequeños tan diferentes como los
actuales, eh notado que los jóvenes de hoy en día son distintos, su educación
ya no es como antes, claro que las éticas cambian ligeramente. Nosotros no lo
notamos porque nuestras éticas cambiaron con propias ideas. Aquel pueblo tan
humilde había conservado tan bien aquella educación comprometedora tan similar
con la que crecí.
Nuestros sueños en casa de la
señora fueron más tranquilos a comparación a la noche del ayer, la casa de
aquella mujer tan admirable, portaba una vibra espiritual limpia de malezas y
culpas. Era un lugar tan inocente por los niños que estaban viviendo con la señora,
ellos saben que es una mujer para los necesitados y aun para los no necesitados.
Los niños aprovecharon la situación para el hospedaje. Algunos estaban ya
partiendo a sus casas con sus padres o tutores, mientras nosotros dábamos las
gracias por lo que nos ofreció esta señora.
—Muchas gracias señora. Usted es de gran ayuda
para este pueblo, esperemos verla pronto o en algún tiempo futuro —Mi hermana y yo le damos las gracias con un afecto de
amistad.
—Por supuesto que los veré en algún momento, en
cualquier tiempo pero los veré. Pero, ¿a donde piensan ir? —la señora cuestionaba su despedida.
—Nosotros nos iremos en el auto de papá, nos
dirigiremos al campo que esta al suroeste del pueblo. Ahí es donde toda la
familia planeaba un hospedaje un par de días. Creemos que siguen ahí o al menos
es lo que pensamos.
—Si están completamente decididos de la acción
que planean hacer les doy las bendiciones.
—Deje de preocuparse (sonriendo).
—Pero en caso de una ausencia de sus familiares
les suplico que regresen. No sabemos que les espera el “nuevo mundo que ha
creado el hombre” —Al decir: lo que ha creado el hombre me entraba
indignación.
— ¿Creado el hombre? —Dice mi
hermana.
—Así es, un mundo sin ética —La señora muy segura de si mismo replicaba una y otra
vez un mundo sin ética.
—Perfecto seguiremos sus instrucciones señora.
Mucho gusto… —Interrumpe.
—…No, el placer es mío. Cuídense.
Esas fueron las últimas
palabras que escuchamos salir de la boca de esa mujer, nosotros subimos al
coche y nos despedimos de nuevo alzando las manos y agitándolas.
Durante la ruta pasábamos
aquellos árboles verdes frondosos ahora pálidos, mirábamos aquel cielo que en
algún momento fue de color azul y que ahora se torna color gris, por las
ventanas y puertas de las casas mirábamos como se asomaban los rostros de
hijos, mamás y papás por las ventanas y puertas; aquel entonces en definitiva
era hostil y siniestro, pero aun existiendo nosotros este mundo es bondadoso.
El auto de papá, casi dando
las últimas finalmente nos lleva al lugar de reunión familiar sin presenciar
cualquier signo de vida humana. Nuestros rostros de nostalgia se ven uno al
otro y solo digo:
—Tenemos que avanzar —Con voz de
liderazgo.
— ¿A donde?
— ¿Que no ves? Hacia la cima de este monte hay
rastros de pasos.
—No veo nada es solo tu imaginación —Mi hermana no veía nada. Yo no veía nada, pero quería
dar ánimos.
—Tú sígueme, y subamos a la cima de ese monte.
Mientras caminábamos mis oídos
captaban estruendos de artillería, no creo que solo mis oídos lo captaran. Los
oídos de mi hermana escuchaban los mismos ruidos que yo, solo que tratábamos de
ser sordos a su conveniencia y a la mía. Nos daba miedo en pensar sobre cualquier
tipo de guerras. No quería aceptar tal realidad porque teníamos miedo a morir,
principalmente ese era mi miedo en ese entonces.
— ¡Oye…! —Me grita mi hermana —Yo no veo ningún supuesto rastro de pasos. Ya estas
delirando.
—No estoy delirando, tu eres la que estas
delirando.
—Pues yo no veo nada.
Mientras nos acercábamos a la
cima del monte pensaba en el resplandor que casi nos encegueció esa tarde
normal. Creí que se trataba de un flash de cámara fotográfica, fue absurdo,
entonces pensé que podría tratarse de una bomba nuclear. Si hubiera sido de
dicha bomba, al estallar hubiera ocasionado gran caos, que no sucedió. Luego pensé
que podría tratarse de un poder divino, eso fue lo que acertó mas pero creo que
esto estaba relacionado mas con la mano del hombre. Recuerdo aquella vez en el sueño,
una nueva guerra en la que no se utilizaba mucha artillería pesada, sino que el
hombre iba a utilizar la naturaleza en contra del hombre; ¿la naturaleza en
contra del hombre? Pensé, como harían para que la naturaleza se vuelva en
nuestra contra si lo ha sido desde que hubo la caza de animales, o cuando hubo
construcciones, o desde que desafiaron a las enfermedades.
Paso tras paso también eran
estruendos mas grandes de lo normal, al escuchar el ‘boom’ saltábamos del miedo
que seguro nos hacia regresar a la casa de la mujer. Pero extrañábamos mas a
nuestros padres y familia así que continuamos hasta la cima donde llegamos en
poco tiempo. Al llegar, podíamos ver desde ahí arriba al pueblo y al otro lado
podíamos ver columnas de humo y bultos que se incendiaban. El pueblo ahora era
hostil y el otro lado era siniestro. El lado siniestro era por completo un
mundo con personas de distinta posición social, con inteligencias diferentes a
las del pueblo, no sabían lo que había ocurrido, ni siquiera eran concientes de
sus acciones. Estas personas en algún momento de sus vidas fueron iguales a mi
hermana o a mí, o parecidos a la señora que conocimos. Ahora hay un vacío en la
vida de estos seres que están pagando su muerte con sus propios pecados. Por
que el que guarda la palabra de Dios nunca vera la muerte, y otros buscaran la
muerte mas no la encontraran.
Este humilde pueblo es un
punto frágil en un mundo post-apocalíptico, la gente ya no es la misma de
antes, la gente pierde la ética y la conciencia de sus actos. Ahora no les
importa las consecuencias de sus actos.
—Hermano…—Me dice mi
hermana preocupada — ¿Ves lo que veo frente ante mis ojos?
— ¿Te refieres a este ser menospreciado por su
creador frente a nosotros? —Mi pregunta hace que la mitad
de mi labio se lo diga para evitar y escándalo.
—Hermano, ese ser menospreciado por nuestro
creador es mi tía —Mi hermana comienza a llorar.
—No llores es solo mi tía, que esta delirando —Trataba de calmar la agitación de las lagrimas de mi
hermana.
—No puedo evitarlo. Es mi tía… ¡Es mi tía! ¿¡Que
le ocurre?!
No sabia si ese ser era mi
tía, solo tenía su apariencia pero no la esencia. Una de las frases que leyó la
señora en esa noche fue que: “El que cree en Dios hijo y las obras que el hace
uno las hará también, y aun mayores hará por que Dios hijo va al padre y todo
lo que pide uno al padre en el nombre de Dios hijo lo hará para que el padre
sea glorificado en el hijo”. Así al aferrarme a esa palabra creía que la tía
anterior iba a volver a la normalidad, cosa que no ocurre, porque una vida sin
esa esencia ya no vuelve a hacer normal.
—No tiene solución, hermana —Estaba resignado al nuevo mundo —Vamos y regresemos con la señora.
—Pero no quiero regresar allá, por favor.
Mientras regresábamos, un
grupo de personas subían a donde estábamos, a la cima del monte, con un mismo número
de miembros que el de nuestra familia. Con los mismos que han sido siempre y
serán siempre, por que esas personas era nuestra familia que subía hacia
nosotros. Mi hermana sale corriendo hacia ellos mientras yo le grito.
— ¡Espera! ¡No sabemos si son ellos!
Mi hermana llega abajo y uno
de ellos le da un abrazo. Yo miro hacia donde esta mi tía y otro grupo de
personas de trajes camuflajehados con autos armados, tanques de guerra y
helicópteros sobre volando hacia el noreste. Me sorprenden por las espaldas
sintiendo un alivio y temor. Por otro lado los que se encontraban con mi hermana
era toda mi familia sana y salva. Llego con ellos y un abrazo es lo primero que
le doy a mi madre.
— ¿Pudiste pensar eso de nosotros? —Me dice mi papá abrazándome con fuerzas.
— ¿¡Creer que?! —Les respondo
muy feliz.
— ¿Que éramos unos de ellos e íbamos a herir a tu
hermana?
—Los del ejército no hacen eso.
—No el ejército.
— ¿Entonces…?
—Esas criaturas — ¿Mis padres
lo sabían? —Siento lo que le paso a tu tía. Ella le gusta
explorar, pero exploro en un momento inoportuno y se aparto de nosotros. Mientras
que unos íbamos por ustedes.
—Perdóname padre —Esa fue mi reacción
—Huir con mi hermana a los prodigios del pueblo.
—Solo evítalo ¿Quieres?—Me aconseja
mi padre.
— ¿Como supiste de esas criaturas?
—Los medios de comunicación no decayeron,
nosotros si. La tecnología se desarrollo alterando naturaleza no robótica ni
maquinaria.
Todo concordaba ahora, aquel
resplandor fue un ataque biológico, por eso todo se torno gris. Hace que las
personas se comporten así. ¿Pero que evitan ese comportamiento? ¿Será ese pueblo?
No lo se.
Los que en
aquel ayer jugaban a predecir el fin del mundo terminó. Un mundo donde se creía haber paz y seguridad ahora
es un mundo con tribulación. Un mundo que nombramos nuestro, cuando es prestado,
es de todos. Donde lo cotidiano se ignora y tratamos de hacerlo diferente.
Donde esos seres sin esencias son primordiales. Nuestro mundo es su mundo,
cambiemos éticas. Un mundo donde los sueños pretenden jugar un papel
importante, es una revelación.

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