PETRICOR

El distintivo aroma que acompaña a la primera lluvia tras un largo período de sequía se le conoce como Petricor.

Antes de olvidar por completo esos bellos recuerdos de mi infancia, una epifanía llega durante esa etapa de maduración mental. Dijo, cierra los ojos e imagina estar parado sobre una terracería en algun lugar de un humilde pueblo.
Presta atención porque hay niños jugando detrás de ti; uno se detiene frente a ti en su perserverancia por alcanzar a otro niño en su bicicleta. Detrás de él, algunos niños corren a alcanzarlo a esperar que sea su turno para andar en bicicleta. La avenida es libre, solo hay niños jugando. Todos rien y comen golosinas, corriendo de un lado a otro sin preocupaciones. Otros andan en su bicicleta haciendo competencias de carrera. Los pequeños andan en triciclos, y las madres se asoman por su ventana mientras se les miran preparando un agua fresca para la cena, completamente desprocupadas. Otros niños se detienen frente a ti, como si tratasen de llamar tu atención; sin embargo, ese espacio y tiempo ya no puede decrecer, tu solo eres una esencia abstracta de lo que alguna vez fue un ser viviente. Esos niños no te conocieron nunca, ni de vista ni por tacto.
De pronto sientes una brisa en tu rostro, lo más tenue posible a un clima de un valle mediterráneo donde la lluvia cae en tiempos difíciles de escases por agua...
Entonces fue ahí, cuando esperaba a que me dijera algo más pero solo quedó en silencio y comenzó lo que parecía ser una tormenta. Las nubes altas en un cielo casi despejado, comenzaron a oscurecer aquel humilde pueblo. Las islas de sombra avanzan a un mismo paso. Un viento tibio rosaba mi rostro con suaves toques de viento calido. Fue como una transacción entre primavera y verano, pero a pesar de eso, el viento comenzó a mermar y un viento fresco llega de repente. Después, una gota de agua cae en mi frente, acompañada de unas cuantas mas, fue solo el principio.
Hace un momento atras las voces de los niños, sus gritos y sus risas, disminuyeron su volúmen, tan solo eso podria escuchar ciento de gotas de agua cayendo sobre la tierra. Abro mis ojos y miro a los niños con sus cabezas inclinadas hacia arriba disfrutando de esa lluvia. Ese momento de paz y tranquilidad  dejaron de ser 90 segundos. Te das cuenta que vives en cámara lenta. Y haces lo mismo que los niños, miras hacia arriba, cierras tus ojos y al mismo tiempo abres tu boca, para deleitarte del agua dulce que avivan tus papilas gustativas.
Aspiras fuertemente detectando un olor distintivo a cualquier otra lluvia. Es un olor que te estremece, pues es el petricor que asciende por los suelos tras un largo periodo de sequía...
No comprendía del todo, puesto que me había platicado sobre el intento de algún niño tratando de llamar mi atención sin que lo lograra completamente. Realmente es como si no hubiese existido físicamente, sin embargo ellos respetaban la presencia física de algo o alguien que los estaba vigilando.







"No olvides hacer esto último...", me dijo; "Antes de dejar mi hogar. Necesito que arrojes un saludo a un niño y entonces él con gusto y satisfacción, te lo regresará, es ahí cuando podrás decir adios".

- 3steban. 

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