Autobiografía (3era. ed.)

... ¿Alguna vez has sentido como si la noche (el soñar) fuese tan largo, pero tan largo que pierdes completamente la noción del tiempo?

Que se puede hacer en un día común como todos los demás... Aprovecho que hoy en mis 6,575 días de vida, que en otras palabras son mis dieciocho años de vida, les escribo alguno de mis recuerdos más importantes de toda mi vida.
Hace exactamente 6,575 días atrás a las 8:40 horas, la mujer que hoy es madre, y que doy gracias a Dios por que mía sea, ansiaba y temía por mi llegada a éste mundo. Ella temía a perderme como ocurrió con mis dos primeras hermanas, que desgraciadamente no dieron mas de dos suspiros.
Me baso en el sentido de la vista, pero tan cierto es que, recuerdo mi niñez desde que tenia 2 años de edad.

Todo comenzó algo así; entre los días de Julio del año 1995, cuando papá acostumbraba a ducharme dentro de una tina grande de plástico duro color rojo ladrillo. Enseguida de la ducha (aunque suene gracioso y penoso en mi situación), me posaban desnudo para una sesión de fotos bajo los rayos de sol veranero. Tras una sesión de fotos, el reloj humano de aquel bebé pedía a auxilios una siesta en su carrito. No me le apartaba ni de chiste, inclusive, no permitía que las personas tocaran mi carrito por temor a que lo ensuciaran o lo dañaran. Ni mis cobijas, ni mis juguetes, ni nada que fuera parte de mi propiedad permitía que estuviera en mano ajena. Eso me recuerda una cobija con ilustre de paloma, globos rojos y azules y un fondo verde, su textura era suave y su manto era cálido como lo sigue siendo hasta éste entonces.

Aún a mi temprana edad, admito que era un niño exagerado y minucioso para todo. Eso implicaba la obsesión por la limpieza y la presentación extrema. Cuando portaba una prenda y esta por accidente le caía una sustancia, inmediatamente corría a lavarla para quitarla de mi ropa. Además de que nunca toleraba que mamá eligiera mi vestimenta de verano debido que exponer mi cuerpo nunca fue de mi agrado.

Haciendo una pequeña pausa y yéndonos fuera de temporada a la época de ivierno de ése mismo año, mamá diseñó una piñata en forma de "cabaña navideña", para todos los pequeños.

Mi vida se basa en festejos, siendo éstos como anclajes de espacio-tiempo para envejecer y morir con orgullo. Reconocer que eres parte este mundo y que alguna vez te formaste en él.

La mañana del día 10 de Octubre de 1997, encontré a mamá haciendo la comida. Ella preparaba un pozole rojo tradicional por mi octavo cumpleaños. Aparte del pozole, una piñata que figuraba el personaje de “Mickey”, formaron parte de una fiesta sorpresa por mis padres. Muchos invitados llevaron obsequios, y a cambio, pudieron divertirse durante todo día. A la hora de abrir los regalos de cumpleaños sentía como muchas personas observaban y demostraban interés por cada acción que realizaba, desde aquel momento en que soplé para apagar las velas del pastel, hasta cada risa que emitía.
Segundos antes de soplar a las velas, un mar de sentimientos inundó mi ser, salpicando lagrimas de felicidad, miedo, confusión y euforia debido al alto número de invitados (lo peor fue la foto).

El siguiente cumpleaños (9 de Octubre de 1999) se realizó en casa de mi abuela paterna (que en paz descanse), vestía una camisa blanca con estampados de caballos en trama y unas bermudas color azul oscuro, lo recuerdo bien, no por que lo haya visto en fotografías, sino porque era una de mis atuendos favoritos. En aquel cumpleaños no había muchos presentes, solo eramos 4 primos, mamá y yo.
Setenta y seis días después (24 de Diciembre), día de noche buena del mismo año, estaba muy feliz, por que algunos de mis primos que pocas veces veíamos, se reunirían con nosotros después de tanto tiempo.

Hoy en día nuestros padres dicen que no merecemos obsequios porque estamos muy grandes para esas cosas. Que solo se hace en memoria del niño Jesús, según la religión Cristiana, cuando los tres reyes magos fueron a darle como obsequio incienso, oro y mirra. En fin, era felicidad pura, era grandiosa en esos tiempos tan memorables como un golpe de nostalgia. Cuando mis papás me daban regalos de cualquier festividad, su estrategia de sigilo para evitar que yo me diera cuenta, nunca les funcionó, siempre lo dedujía de alguna u otra manera.
Un día en una fiesta de navidad, presencié un efecto dejavu, cuando mi regalo en mis manos fue una revelación de lo que alguna vez anhelaba tener entre mis manos, aquel regalo era un avión tipo jet, y dicho eso, lo tuve tal y como imaginé semanas antes.

Mi aniversario sexto, sin duda, uno de mis favoritos, fue cuando cumplí 6 años de edad.
La fiesta de cumpleaños número "seis", fue grande y numerosa. Habían muchos niños y muchas sorpresas. Comimos pastel, y además teníamos como invitado, un payaso con el que hacíamos dinámicas, reíamos y jugábamos sin parar.
Les platicaré algo inesperado que sucedió en éste cumpleaños a la hora de los regalos.
Cuando estaba apunto de abrir uno de los regalos mas grandes y llamativos, curioso, lo agité y lo miré tratando de adivinar en mi mente su contenido, cuando de repente un primo ansioso por ver la reacción de todos, gritó – es un “Tráiler” – y sus papás solo dijeron  ¡Ay hijo, era una sorpresa! – todos rieron.

Bien, ¿No les he platicado mi primer día en preescolar?
Hacia frío y el cielo se cubría por nubes. Sin duda, mi clima preferido, aun mejor, siendo mi primer día en preescolar.
Era como el chico foráneo recién llegado al pueblo, sabiendo que muchos se conocían entre sí, y pocos sabían sobre mí sin saber que residía en el mismo sitio. Estaba nervioso y ansioso, pero un poco temeroso de como me iban a tratar. Inmediatamente después de que sonó el timbre para la hora de entrada fuimos todos al patio del preescolar a tomar clases de Educación Física, actividad que se realizaba diariamente.
Marchaba con excelencia ese día, no hasta en la mañana del siguiente día cuando comenzó mi nostalgia por el desamparo entre mi madre y yo. Al ver como me alejaban de mi madre en la entrada de la puerta, mi llanto alertó a las profesoras de aquella institución apartándome de ella.
Hubieron tiempo buenos, como la horas de receso, la hora clase, y claro, la hora de salida. En las horas de receso habían niños que se burlaban de mí, apartándome de ellos. Algo que en la actualidad se le conoce como “bullying”. Era un tipo de carrilla en la cual se burlaban de la ropa que vestía; e inclusive de la comida que llevaba para almorzar.
Miraba a los demás niños con celo y tristeza, pues ellos jugaban y reían mientras mi presencia columpiaba sola en los juegos esperando el timbre para entrar a clases.
En las horas de clase, o bien, taller artístico, uno de mis preferidos, dibujábamos creando, imaginando y expresando 'arte'. Mis compañeros me galardonaba con palabras y cumplidos al ver mis dibujos sobre casas y paisajes; nunca estuvo de sobra aquel chico envidioso que buscaba arruinarlos y escuchar decir a otro, deberías estudiar arquitectura [risa burlesca].
Un día, cuando llegó la hora de salida, una prima que estudiaba en el mismo preescolar, me habló sobre huir de clases y explorarlo todo sin supervisión adulta. Hoy en la actualidad esos escapes se les conoce como "pinta", "pintearse la clase", o "pintearsela", pero sin un propósito productivo. Fue entonces cuando me escapé con ella junto a una prima suya que no tenía ningún parentesco mío. Corrimos hasta la parte posterior del instituto y nos postramos ahí sin tener noción del tiempo cuando todos los niños ya se habían ido, asi que rápidamente corrimos a la entrada de la institucióny por sorpresa, nuestras profesoras y los demás adultos nos esperaban en la entrada cuestionando nuestro paradero de escondite. Fuimos advertidos de nunca hacerlo, haciendo caso omiso hasta la actualidad.

Aventuras y travesuras vive cada niño. Al cerrar los ojos, uno, dos, o tres, cuatro, o cinco años transcurren pronto. Al abrirlos tenía en mis manos un certificado donde constaba que concluía quinto grado de primaria.
El transcurso de sexto grado fue extraño, aquí funge mi flojera y pereza por obtener lo mejor de mi en mi educación y formación profesional. Apenas lo pienso y creo que los profesores tuvieron un poco de culpa para que yo pensara de esa forma, o tal vez no. Mi estudio no fue constante en ese tiempo, cambiaba de facilitadores como si tratase de cambiar la ropa interior una o dos veces al día.
A finales de sexto grado de primaria, a un paso de egresar y entras a secundaria, fueron tiempos completamente nuevos. Las niñas comenzaron a pensar distinto, algunos niños comenzaron a comportarse extraño y poco a poco todos creían que ya eran grandes como para tomar decisiones por si solos. Fue una transición del niño al adolescente, donde cada 'puberto' era un caos emocional.

Del lado religioso, el día de mi primera comunión en la Iglesia Católica (Nuestra Señora de Guadalupe), sucedió en el 2007, más o menos en agosto, siendo una temporada donde abundaba el calor inmenso. Y posteriormente, para aquel entonces, a mis 14 años de edad estaba concluyendo mi confirmación catequista.

Regresando al tema de nostalgia, "bullying", risas, travesuras y desdichas, mi graduación de secundaria fue sin duda, una de las mejores hasta ahora, digo, por que si de recomendar o elegir una de las mejores graduaciones, podría asegurarles que la secundaria fue la mejor parte, y después la primaria, luego el preescolar, seguida la preparatoria y al final, la educación superior (profesional).

Soy yo, cuestionan mi falta de práctica ascética, pero eso no me detiene a decir: "Gracias a Dios", por darme la oportunidad de escribir alguna de mis grandes experiencias en mi corta vida …

Una vez mas… Es extraño, ¿no lo crees? ¿...alguna vez sentir como si la noche fuese tan, pero tan larga que pierdes completamente la noción del tiempo?
No eres único, o ¡única!, por que eres un humano como yo… 

Despierto. Es un día soleado y poco cálido. Cumplo 6,494 días de vida y faltan 81 días para cumplir dieciocho años de edad, esto no termina aquí, y tampoco es una distracción, es una realidad. Vivir lo real es la realidad.

Suelo hacer esto como costumbre: veintitrés (23) y cinco (5).

— Yo creo

Comentarios

  1. ^_^, eso seria todo lo que te diria, pero como quieres un coment aqui lo tienes, tu eres feliz camacho, te pareces en mi en aulgunas cualidades y se que puedes ser mejor, incluso mejor que yo, es tierno de tu parte recordar todo lo que te a pasado en tu vida, y eso es bueno porque reconoces que tuviste niñes y fuiste feliz durante toda tu vida, se podria decir que te envidio por esa vida porque mi vida a sido dura, cruel, doloroza, estricta, pero que bueno que existan personas como tu que le dan gracias a dios y tenga fe todavia, y respondiendo a tu pregunta final, si, si e sentido que las noches se vuelven eternas cuando tienes una platica muy grata y aveces parece muy rapida, la nocio del tiempo desaparece, es cuando te dejas de regir por el mundo y te encuentras con tu propio interio, con tu yo interio, esta biografria me agrado, fue muy constructiva porque te hace pensar en que as hecho en toda tu vida, si la as aprovechado o desperdiciado, yo por mi parte siempre digo no me arrepiento de nada, pero es mentira, solo me arrepiento de 1 cosa y esque en el pasado tiene poco yo me rendi al intentar amar a alguien, y ahora me arrepiento pero me doy cuenta que las cosas tienen que pasar por algo, de todos mis cumpleaños nomas de acuerdo de 4 cumpleaños y tengo otros 15 que no me acuerdo que paso, pero el que mas me marca es el ultimo cumpleaños y es el que mas anelo porque fue el ultimo cumpleaños que yo estuve con mi sobrina que tu ya sabes que le paso, y tambien que fue la ultima vez que estuve con esa persona que tanto quiero, fue el ultimo dia en que estuve asolas con ella, nomas te podria decir algo por ultimo, sigue haci y se feliz, no hay nada en este mundo que valga la pena para ponerse triste, tu SIEMPRE SE FELIZ

    ResponderBorrar
  2. Hey Steban, tienes un correo en tu bandeja.

    Saludos
    JP

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

¿Qué es ser, un mejor amigo? (UD. 30 Marzo, 2017)